sábado, 5 de diciembre de 2020

La Iglesia de la Exaltación de la Santa Cruz


La iglesia de la Exaltación de la Santa Cruz, antigua parroquia de Navalquejigo fue construida en el siglo XIII, en un románico de transición, del que forma parte la mitad oeste de la edificación, con ventanales en su muro sur minúsculos y contrafuertes en el muro norte, al que da acceso un arco escarzano. 

A mediados del siglo XV, tras la disputa de el futuro rey Enrique IV y los Mendoza, por causa de Juan Pacheco, se crean unas disputas que hace que se fortifique la iglesia, añadiéndose un cuerpo nuevo a los pies, un matacán con acceso de escalera de caracol soportado sobre una bóveda de cañón de medio punto, todo con mejor sillería al estilo de los Mendoza, ya que el matacán posee el estilo del palacio de Villena en Cadalso de los Vidrios o en Batres. Del mismo periodo es la transformación de la nave en una iglesia de estilo columnado de tres naves, al que se le añaden unas columnas de granito con capiteles al estilo de Juan Guas, con capiteles corintios con volutas, como los de la iglesia de Manzanares el Real, las ventanas pasan a ser aspilleras de pequeño tamaño y se sustentaba con arcos con decoración de bolas isabelinas y la cabecera central se separa con un arco apuntado, siguiendo el gótico, como en la iglesia de Valmayor, separado por pilares con ménsulas.

En 1564 Felipe II segrega esta iglesia de la de Galapagar, convirtiéndola en parroquia, lo que se le añaden tierras, como la Cerca Antona, que ya el rey separó desde 1563, eran un total de 10. Se añadió la cabecera cuadrada, la sacristía, los dos ventanales herrerianos, la pila bautismal gallonada y el suelo de cerámica al estilo herreriano. La fábrica de esta ampliación es de granito bien escuadrado, usando a veces grandes bloques en su factura y en sus muros posee una decoración de pecho de paloma en las cornisas. Los arcos laterales son escarzanos y actualmente están sellados.

Tenía distintas capillas que se aprecian por los nombres que dan los documentos, siendo su número de siete. También poseía un coro sujeto por columnas y un altar mayor, actualmente desaparecido.

En 1844 se desamortizan sus propiedades, con lo que empieza un estado ruinoso en 1866, hasta que en 1891 el Arzobispado la restaura gracias al arquitecto de la Catedral de La Almudena, Francisco de Cubas, tras lo que le elimina el derecho a ser parroquia. Se arregló el tejado a cuatro aguas, con el de la sacristía a tres aguas, en teja árabe y entramado de vigas a soga y tizón y se desmontó el tejado de las naves y las columnas.

Tras disputas de la iglesia y su uso como cuadra a principios del siglo XX, la iglesia pasa a maños privadas, aunque su uso se paró oficialmente en 1911, usándose de forma privada hasta que en 1969 se volvió a usar de forma pública, clausurándose en 1984, tras crearse una nueva y más grande en sus cercanías.

 


 

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